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Romería da Barca de Muxía

Piedras

La Romería/Piedras

Siente la fuerza indómita del Atlántico rompiendo contra la Punta de Xaviña, un lugar donde la naturaleza esculpió un santuario de roca y misterio. Mucho antes de que la fe cristiana llegara a estas costas, este rincón mágico, hoy hogar del venerado Santuario de A Barca, ya vibraba con una energía ancestral. Sus singulares piedras, testigos silenciosos de rituales olvidados, eran faros de esperanza y fertilidad para las antiguas culturas del norte peninsular.

La llegada de la cristianización transformó estas piedras en fieles pruebas de la aparición de la Virgen María a Santiago Apóstol. Así, Muxía se convierte en ese lugar donde la leyenda del océano se entrelaza con una devoción centenaria. La energía ancestral de sus piedras, la fuerza evocadora de su historia y la profunda espiritualidad se combinan en la Romería de la Virgen de la Barca, donde se da un encuentro único con la fe, la tradición y la majestuosidad de la Costa da Morte.

Abalar

Abalar

En época pre-cristiana, se susurraba que aquellas poseían poderes adivinatorios, un legado que la tradición celta pudo haber sellado en altares a los dioses de la naturaleza y en la promesa de nueva vida que emanaba de la mítica Piedra de Abalar – «¿A la piedra van dos y vienen tres»–, un eco de su conexión con la fecundidad. Esas propiedades mágicas se fueron derivando hacia otras directamente vinculadas a la tradición cristiana, siendo esta una de las rocas más icónicas del entorno del templo. En la actualidad, un trozo de la Piedra de Abalar se encuentra en el atrio del Santuario, ya que se rompió como consecuencia de un temporal.

Riñones y Timón

Con el paso del tiempo, la leyenda se transformó, abrazando la narrativa cristiana con la emotiva aparición de la Virgen María al Apóstol Santiago para infundirle ánimos en su labor evangelizadora. Aquellas piedras sagradas, antes veneradas en ritos paganos, se convirtieron en los vestigios milagrosos de la barca celestial en la que llegó la Virgen: la imponente Piedra de Abalar, como el casco protector; las dos Cadrís (riñones), evocando la vela desplegada; y la roca del Timón, guiando la esperanza. Peregrinos de tierras lejanas, ya en el siglo XV, dejaron constancia de esta fascinante historia, uniendo la fuerza de la naturaleza con la leyenda divina.

Riñones
Timón

Piedras de los Enamorados y la Cabeza

En las últimas décadas, se han incorporado otras dos piedras mágicas al entorno del Santuario. La de los Enamorados, localizada en un área un poco más escondida, es el lugar escogido para aquellas parejas que quieran jurarse amor eterno. Mientras, la de la Cabeza congrega numerosos fieles que se colocan en el hueco de la piedra con el fin de curar diversas dolencias relacionadas con esta parte del cuerpo.

Hoy, la Romería de la Virgen de la Barca de Muxía revive esta conexión única. Miles de devotos se congregan en este enclave mágico, donde la fe se siente en el aire salino y la tradición late con fuerza. Recorrer los alrededores del Santuario es sumergirse en un relato que trasciende el tiempo.

Romería da Barca de Muxía
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