La leyenda de la Virgen de la Barca está íntimamente ligada al Camino de Santiago.
Gracias al profundo fervor religioso que inspiró el Santuario y su conexión con el Apóstol, desde la Edad Media, Muxía y Finisterre (Fisterra) se convirtieron en destinos de peregrinación. La devoción a la Virgen de la Barca ha sido, y sigue siendo, un imán para los caminantes que buscan una meta trascendente en su viaje.
Muchos peregrinos deciden extender su experiencia espiritual más allá de Santiago de Compostela, culminando su aventura en el extremo occidental de la Península Ibérica. Y es que el Camino Fisterra-Muxía es el único itinerario jacobeo que tiene la capital gallega como punto de partida, no de llegada. Es una extensión del Camino que cada año atrae a más y más caminantes.
En 2024, por ejemplo, ¡2.255 personas recorrieron esta ruta! Eso es un 27% más que el año anterior, y casi la mitad de ellos (un 42%) eran extranjeros, demostrando el enorme interés internacional en el Santuario de la Barca. Peregrinos de países como Portugal, Italia, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, entre muchos otros, eligen Muxía para cerrar su peregrinación, uniendo fe, tradición y la espectacular belleza de la Costa da Morte.
Además, y dada la importancia de la Santa no sólo a nivel nacional sino también internacional, el Santuario de A Barca de Muxía fue designado como uno de los templos jubilares del Año Santo Romano 2025. Esto significa que, bajo el lema «Peregrinos de Esperanza«, el templo conforma un punto clave de peregrinación para fieles de todo el mundo que buscan un tiempo de conversión, penitencia y renovación espiritual.
Este período tan especial comenzó el 24 de diciembre de 2024 con la apertura de la Puerta Santa en el Vaticano y se extenderá hasta el 6 de enero de 2026. La elección de Muxía como templo jubilar es un reconocimiento a su profunda tradición jacobea y a la devoción a la Virgen de la Barca, invitando a muchísimas personas a vivir esta experiencia única en nuestro rincón de la Costa da Morte.
