Envuelto en misticismo, la historia del Santuario de A Barca se vincula directamente con la aparición de la Santa en este lugar. Cuenta la leyenda que aquí, en un momento de desazón, el Apóstol Santiago recibió el aliento de la Virgen María. Se apareció ante él, llegando en una barca de piedra guiada por ángeles, para infundirle nuevas fuerzas en su misión evangelizadora.
De este episodio, quedaron los restos de la embarcación que varó en la costa, como si de un signo divino se tratase. La materialización de este milagro se encuentra en las conocidas como piedras sanadoras localizadas en los alrededores del templo y que han sido veneradas durante varios siglos.
Son tres elementos únicos: la Pedra dos Cadrís (la vela), la Pedra de Abalar (el casco) y la Pedra do Timón. Desde tiempos ancestrales, estas piedras han sido lugares de culto y se les atribuyen propiedades mágicas, especialmente relacionadas con la fertilidad. Son la conexión viva entre la fe, la naturaleza y la historia.
La leyenda de la Virgen de la Barca ha sido contada de generación en generación, tejiendo un tapiz de simbolismo y devoción que impregna cada rincón de este lugar. De hecho, ya en el siglo XV, un noble polaco llamado Nicolás de Popielovo dejó constancia de su asombro al ver en Muxía «un barco destrozado, hecho de pura piedra con un mástil y una vela colgada, ambos de piedra». ¡La fe en la Virgen de la Barca trascendía fronteras!